“Nuestro sueño es llegar a dispensar un 10-15% de los productos que se venden” - Entrevista con Pedro Álamos, Gerente General en Algramo

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Pasó de trabajar en una industria tradicional a una start up, motivado por un propósito personal de aportar para mejorar el entorno que nos rodea desde la perspectiva de la sustentabilidad. Hoy es Gerente General en Algramo, una Start Up de economía circular que ha recibido numerosos reconocimientos e importantes fondos de inversión.

Pedro llevaba casi 7 años trabajando en roles de operaciones en la planta de producción de P&G ubicada en Santiago. Fue su primera empresa una vez que egresó de la carrera. Pero hacia finales de 2011, luego de viajar un par de meses por el Sudeste Asiático, decidió cambiar su enfoque profesional hacia uno que tuviera un propósito, uno que le permitiera aportar con su experiencia y talento a mejorar la vida de las personas.

Trabajar en un entorno social no era del todo desconocido. Durante sus años en la Universidad participó activamente en Un Techo para Chile y tenía una sensibilidad especial hacia las personas más vulnerables. Quizás por eso, ese viaje lo sensibilizó aún más al ver tanta pobreza y contaminación, más allá de las espectaculares playas que atraen a miles de turistas a ese lado del mundo.

¿Cómo fuiste enfocando tu carrera hacia roles con un perfil más social y sustentable?
Luego de renunciar a P&G, me fui a Red de Alimentos para ser Gerente de Operaciones y Logística, donde me tocó armar el centro de distribución. Estando ahí, me di cuenta que quería trabajar en temas de sustentabilidad.

Al año surgió la posibilidad de un rol nuevo en Derco/Gildemeister para que trabajara con la división de reciclaje automotriz. Para ello, se creó una empresa en paralelo llamada Ecovalor, dedicada a la gestión de retiro, transporte y disposición final de residuos automotrices, algo completamente nuevo en el mercado chileno pero necesario ya que se estaba empezando a hablar de la Ley REP que en el futuro regularía el manejo de residuos, entre ellos, los automotrices.

Partiste desde cero la gestión de una empresa no foco sustentable en una época donde no había tanta conciencia como lo es hoy en día. ¿Cómo fue esa experiencia?
Los primeros dos años fueron muy duros. Fue difícil posicionarla dentro de un mercado super tradicional y que, además, se alejaba del core del negocio que era la venta de autos. Pero cuando se empezó a hablar de las COP y la promulgación de la Ley REP, la industria se empezó a mover. El tema regulatorio fue ayudando a que fuesen tomando mayor conciencia de la importancia de desarrollar esta línea.

De hecho se dio un efecto muy interesante porque empezamos a trabajar con otras empresas como Kaufmann y Salfa. En un principio, los directivos estaban reacios a que Ecovalor pasara a prestar servicios a empresas que son competidoras, pero desarrollar la logística de recolección de residuos automotrices es caro como para hacerlo solo.

En 2019 dejaste Ecovalor para integrar el equipo de Algramo, una startup joven, sin el respaldo de empresas grandes como fue tu experiencia con P&G y Derco. ¿Qué te impulsó a hacer un nuevo cambio profesional?
Yo sentía que Ecovalor creció mucho y, en este punto, yo estaba buscando algo más. Para ser sincero, no conocía Algramo, pero a gente que le comenté de esta empresa si la conocían. Su misión de tener un doble impacto, donde la gente pagara lo justo, pero que, además, trabajara con un tema sustentable para evitar la generación de desechos, me encantó.

Cuando me junté con José Manuel Moller, fundador de Algramo, escuché a un emprendedor con un discurso ambicioso y soñador, donde veía a Algramo como una empresa con potencial de tener un impacto a nivel mundial. Por supuesto era una empresa más chica, más dinámica, con mayor flexibilidad y adaptabilidad, características que han sido clave para la operación y crecimiento.

En sus inicios, su primer partnership fue con Unilever y lograron levantaron los primeros capitales extranjeros. En Derco estaba cómodo y entendía todo el negocio. Pasar a una start up era más arriesgado, con mucha incertidumbre, donde se manejan presupuestos más chicos y horizontes mucho más a corto plazo, pero tenía varias cosas que me llamaban la atención.

¿Cómo han sido estos casi 2 años a la cabeza de Algramo? En muy poco tiempo se han posicionado no sólo en Chile sino que en otros países.
Mi primer desafío cuando entré era hacer el presupuesto de Algramo 2020. Subsistía con puros premios y se iba haciendo lo que el mercado iba pidiendo. Mi ingreso tenía como objetivo profesionalizar esta start up que venía creciendo. Cuando entré éramos 7 personas y ahora somos 110. Nos dividimos el trabajo con José Manuel. Él se enfoca en la visión de dónde va Algramo y es parte del Directorio. Mientras que yo materializo la visión controlando lo financiero y la operación diaria para que la empresa crezca.

¿Cómo son las operaciones actualmente y hacia dónde quieren seguir apuntando?
El 75% de las investigaciones y desarrollos lo hacemos in-house, algo que, al principio, se tercerizaba. Cuando desarrollamos una máquina, las probamos en Chile antes de llevarlas a otros mercado. Siempre buscamos mejorar lo que vamos inventando.

El modelo de hoy opera con tres países y tenemos cinco más mapeados a corto plazo. Estamos en Chile, donde empezamos con pilotos en algunos Walmart en la Región Metropolitana, Indonesia (que es el segundo país más contaminante del mundo) y en Estados Unidos. En este último, estamos en Nueva York pero por entrar a San Francisco a través de la cadena de tiendas Target, en unas salas que pilotean las iniciativas.

Y respecto de las categorías de productos que comercializan, ¿con cuáles están actualmente?
Principalmente tenemos productos en las categorías de Home Care y alimentos. Pero estamos tratando de destrabar Personal Care, que es la segunda categoría más contaminante a nivel mundial después de Beverages (bebidas calientes y frías).

Estamos en la campaña “Envase 239”, donde nos hemos juntado con distintos actores, para buscar reunir firmar para modificar el decreto respecto a la venta a granel de algunos productos de esta categoría. No son todos porque efectivamente, hay algunos que cambian sus propiedades al no ser vendidos en un ambiente sellado.

¿Cómo se diferencia Algramo de su competencia?
Nuestro principal punto diferenciador es que nuestros envases tienen chips. Bajas la App, transfieres plata o cargas mediante tarjeta de crédito y vas con el envase al dispensador que te lee el chip. Nuestro Packaging es un alpha-wallet, lo que nos hace distinto a todo lo que hay en el resto del mundo.

¿Cuál es tu desafío personal en el rol que actualmente tienes?
Quiero seguir acá porque nos falta muchísimo en términos de entrar en otros mercados. En Chile estamos en etapa de escalamiento en retail y hay muchos productos que todavía no podemos dispensar por temas legislativos o de pandemia.

Hoy se está hablando de la Ley del pasillo sin plástico, un proyecto que nos beneficiaría muchísimo porque nuestro modelo es de relleno y calza perfecto como parte de una de las soluciones para evitar el uso de más plásticos. Nuestro sueño es llegar a dispensar un 10-15% de los productos que se venden.

*Pedro Álamos es Ingeniero Civil en gestión de la Construcción, Generación 1998.